AMADO JEHOVÁ

 SD. Rep. Dom. 11/abr/2023

Arrastró una tercera parte de los ángeles; pero el daño mayor lo hizo en la humanidad.

Compite desesperadamente por ser el centro de la atención, el adversario, la serpiente antigua. Languidece sin ayunar porque no consigue lo que quiere. Ni aun uno de sus seguidores le sirve voluntariamente. Cada uno de ellos siente terror. Por esa razón siguen al diablo.

Jehová es, en esencia, amor. Aunque ha amenazado a la humanidad infiel con el peor castigo imaginable, nadie siente terror al escuchar la palabra Jehová. ¿No es ésto algo que debe hacernos reflexionar? Dios no inspira terror. Aun cuando ha castigado con severidad al hombre, el hombre no siente terror por Dios. Así como el hijo que tiene padre que le ama y le castiga, este hijo no siente terror por su padre, aunque teme de él cuando comete falta.

Y si ésto es así cuando escuchamos la palabra Jehová, ni mencionar cuando sentimos su Espíritu Santo. Estar cerca de la verdadera paz de Dios da seguridad y echa fuera todo temor.

En cambio, escuchar la palabra satanás no inspira ninguna de las cosas que inspira escuchar la palabra Jehová. 

Sus seguidores, en un castillo y con todos los lujos y exquisiteces, no conocen la paz que un hijo de Dios disfruta en el centro de un horno de fuego.

El padre y origen del mal no tiene paz. La paz es una posesión de Jehová, y solamente Jehová la puede dar.

Jehová es amado; satanás es temido. Pero cuando el adversario sea lanzado al lago de fuego, los que con él estén ya no le temerán. Éso supongo yo. A no ser que aun ahí la serpiente tenga más poder que un alma humana. No lo sé; tampoco me interesa; mucho menos me preocupa.