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domingo, 23 de abril de 2023

DOCTRINA-16

 SD. Rep. Dom. 23/abr/2023

[UNIDAD EN EL ESPÍRITU SANTO CRISTIANOS]


NUESTRA MENTE ES UNA CORTE DE JUSTICIA ⚖️

La verdad no es relativa. La verdad es absoluta. ¿Qué implica tener la verdad cuando estamos frente a Dios? En realidad, tener la verdad cuando estamos frente a Dios no es de mayor importancia que tener la conciencia limpia. Porque es en la conciencia del hombre donde Jehová busca su estado de inocencia o culpabilidad. 

Uno cree que el pan en la santa cena es simplemente pan y siempre lo será. Otro cree que el pan en la santa cena es literalmente el cuerpo de Cristo. Tomé este ejemplo porque es un ejemplo neutral, no importa cuál de las dos posturas tengas siempre y cuando no tomes indignamente la santa cena.

Sin embargo, si una de las dos posturas fuera pecado, como suele suceder con la mayoría de los puntos de debates, estaría en pecado delante de Dios aquel que no obedece a su conciencia, independientemente de cuál de las dos posturas sea la verdad absoluta. 

Sí, lo que estoy diciendo es que aquel que obedece al error porque su conciencia le dice que el error es la verdad; pero obviamente él no lo sabe, éste es obediente a Dios, e inocente delante de Dios. Pero cuando Dios despierta su conciencia, como lo hizo con David tantas veces, y lo hace entender, éste se convierte en culpable. Por lo tanto, debe cambiar de inmediato de postura para volver a ser inocente delante de Dios. 

El orgullo y falta de humildad, entre otras muchas razones, impiden a un ser humano cambiar del error a la verdad.

Estar equivocado no es pecado aun cuando estás pecando por equivocación. Pecar sabiendo que estás pecando, o no pecar pensando que estás pecando te lleva al infierno. 

Una de las principales razones por las cuales el juicio pertenece única y exclusivamente a Jehová es porque solamente Jehová sabe a ciencia cierta que hay en la mente del ser humano. Si una persona dice que cree que al golpearte con un palo y  matarte salva tu alma y te envía al cielo, es muy obvio que está siendo sarcástico. Si no está siendo sarcástico, entonces estás frente a un demente. Huye o átalo.

Pero Pablo, cómplice de asesinato, creía en su corazón que a Dios servía. Él no era culpable de pecado ante Jehová mientras así pensaba. Una vez llegó la luz a él, si lo seguía haciendo, habría sido culpable.

Ésto te lo puedo resumir con palabras no enciclopédicas, sino con palabras que los hombres más comunes manejamos: Dios no puede ser burlado.

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