SD. Rep. Dom. 7/abr/2023
Llamaré efecto Nabal a la reacción de un soberbio, altivo, e insensato cuando tiene de frente a quien provocó sin saber a quien provocaba. ¿Quién no está familiarizado con este tipo de hombres cuyas grandes bocas los hacen verse en el problema que no imaginaron?
El altivo y soberbio no cesa en su provocación a Jehová llamándole mito y creación fantástica, y al final del día, siempre se lleva el susto de Nabal.
La historia se encuentra en (1 Samuel 25:1-44) y el asunto es el siguiente:
Nabal ofendió a David de una manera que en aquel tiempo era una afrenta grave. Todo aquel que fue testigo de lo que hizo Nabal pensó que Nabal estaba dispuesto a pelear contra David. Pero Abigail, mujer de Nabal se humilló ante David para aplacar su ira.
Más de una vez, David peleó y expuso su vida para salvaguardar los bienes de Nabal y de todos los israelitas, y sus vidas.
En el versículo 34 David le dice a Abigail así: «Vive Jehová que si no me hubieses estorbado, de aquí a mañana no le hubiera quedado con vida a Nabal ni un varón.»
El verso 36 dice que cuando Abigail volvió a Nabal, éste estaba dando un banquete, y estaba borracho; por lo tanto, Abigail no le refirió nada de todo el peligro en que estaba por su bocota.
El verso 37 dice que cuando le contaron a Nabal todo lo que había sucedido, Nabal quedó como una piedra del terror que le sobrecogió cuando al salir por un momento de su insensatez, tuvo un destello de lucidez para comprender como su boca lo había puesto en peligro de muerte.
Eventualmente, Dios, no David, fue quien dio su merecido a Nabal.
Por lo tanto, llamo efecto Nabal al terror de aquel que provoca lo que no sabe que está provocando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario