SD. Rep. Dom. 30/mar/2023
¡A ver, dígame usted! Este muchacho, el joven rico (Mateo 19:16-29) que preguntó a Jesús qué debía hacer para heredar la vida eterna, no era muy brillante.
Él razonó así: «Yo soy un hijo de Abraham y he comprendido que tengo al Mesías frente a mí. De éso no tengo dudas por todo lo que han visto mis ojos. Pero mi riqueza es excesivamente grande. Mejor me voy antes de que me vaya a convencer.»
No fue muy brillante el chico porque murió y no sabe quien despilfarró su dinero, y tampoco tiene la vida eterna.
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