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miércoles, 9 de enero de 2013

ATADURAS Y EL EFECTO DE NUESTRAS PALABRAS

Santo Domingo, República Dominicana. 09-Enero-2013

Las enfermedades pueden ser naturales, pero también pueden ser causadas por ataques del reino de la oscuridad. Asímismo la pobreza, puede ser por causa de mala administración, pero también puede ser por causa del devorador. (Malaquías 3:11) . Llamo atadura a todo lo que perjudica al hombre y llega al hombre porque el enemigo ha atacado. También es una atadura un hábito pecaminoso. ¿Qué tiene que ver la palabra que sale de mi boca con las ataduras? Tiene mucho que ver porque con nuestra boca haremos una de dos cosas: O aceptaremos la atadura o la rechazaremos. Muchas veces ha llegado aflicciones a mi cuerpo de manera no natural y por el Espíritu he sabido que se trata de obras de las tinieblas. A pesar de la aflicción he dicho: Yo estoy bien. Yo estoy sano. Con mi boca he rechazado tal aflicción. No importa que se prolongue, no confieso aceptación. Es tanto así, que tengo aflicciones de años y nunca las he aceptado. Esto cuando se que la obra es del diablo.

Pero cuando el asunto viene por voluntad de Dios, y no lo aceptas y ruegas, hay posibilidad de que Dios te libre, pero no es recomendable resistir la voluntad de Dios, aunque el asunto aparente desagradable. Dios le dijo a Ezequías:
¡Ordena tu casa porque morirás! (Isaías 38:1). Ezequías le lloró a Jehová y Dios le dijo: Te daré 15 años más. (Isaías 38:5).
Si Ezequías acepta la voluntad de Dios, no comete el error de exhibicionismo del capítulo 39 de Isaías. (Isaías 39:1-8).

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