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lunes, 21 de enero de 2013

CONTAMINACIÓN POR CADÁVER

Santo Domingo, República Dominicana. 21-Enero-2013

Tengo años evadiendo hablar de esto. Por mucho tiempo se me criticó el hecho de que no iba a los funerales. Nunca daba razones porque sabía perfectamente cual sería la reacción de quienes me rodeaban. En todo este tiempo de cristiano mi cuerpo ha reaccionado sin falta al acercarme a cadáveres de familiares y amigos. Ha sido como una ley de causa y efecto. Cada vez que lo he hecho, el mismo día me enfermo de náuseas y a veces también diarreas. Por lo tanto, he optado por no hecerlo más, y sólo doy mis condolencias a los vivos sin acercarme al cadáver. Posiblemente esto no le suceda a ningún otro creyente, o posiblemente sí, y jamás nadie haya compartido la experiencia. Bíblicamente se enseña que hay que llorar con el que llora, pero en la misma Biblia, también está escrito lo siguiente:
"No se acercarán a hombre muerto para contaminarse, pero por padre o madre, hijo o hija... sí podrán contaminarse." Ezequiel 44:25
Cuando tenía aproximadamente 6 años, ladrones asesinaron a un hombre en una compraventa en la calle 27, en Los Mina. Yo vivía en la 23D esquina H2. Recuerdo el gentío en la calle frente a ese negocio y vi cuando sacaban el cadáver. Fue impactante para mí y me fui a mi casa. Cuando iba llegando a mi casa, casi vomito por la náusea que inexplicablemente comencé a sentir. Fue el primer cadáver que ví.

Viviendo en Villa María, antes de aceptar a Jesús, fueron muchos los cadáveres que vi de muertes trágicas y naturales, y todo bien, ninguna reacción. Incluso, recuerdo que un amigo, Franciquito (El Gori) me retaba para que fuéramos tarde en la noche a ver los cadáveres en la morgue del Hospital El Morgan. ¿Para qué cuento esto? Para hacer evidente que yo no soy impresionable con ese tipo de cosas y que mi cuerpo reacciona así después de haber aceptado a Jesús.

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