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martes, 29 de enero de 2013

MITO, SUPERSTICIÓN Y TABÚ

Santo Domingo, República Dominicana. 29-Enero-2013

Si Jehová fue el fruto de la creatividad de Moisés, entonces, Jehová es un mito. Si otros se permiten recrear eventos, poniendo situaciones extra-bíblicas junto a situaciones bíblicas por su verosimilitud, yo también me lo permitiré. El diablo convenció a Eva para que desobedeciera a Dios. La Biblia narra un evento simple en el que satanás le dice a Eva: "¡Come! Y yo te aseguro que no moriras". Pero lo más seguro es que a satanás le haya tomado algún tiempo convencer a Eva. Tal vez días, o meses, quizás años. Otra cosa que tal vez haya sucedido y no esté registrada es que en todo este posible tiempo del que hablo, el dragón haya tratado de convencer a Adán, sin tener éxito, pero ese espíritu inmundo no conoce el cansancio. Para poner fin a esta hipótesis, digo que después de mucha terapia de eliminación de la sensibilidad, eventualmente Eva creyó a las razones que el dragón le daba y fue engañada.

Hoy vemos lo mismo. El ser humano sabe que ciertas acciones tienen consecuencias fatales por ser provocadoras de la ira de Dios. Imagino a Eva dar la primera mordida y notar que su cuerpo seguía intacto, así profundiza el hombre en el pecado, de manera tentativa, probando pequeñas porciones, o yendo cada vez un poco más lejos. No es común que alguien se entregue a la depravación de golpe y porrazo.

Dios permite que el hombre le llame mito a su palabra y que le llame superstición a sus prohibiciones. Como ya me he permitido imaginar, imagino a satanás decirle a Eva:
"¿Y tú vas a creer en esa superstición de que si te comes esta inofensiva y deliciosa fruta vas a morir?"
Imagino a satanás dar una mordida seductora a la fruta y decirle: ¡Mira que no muero! Masticarla, saborearla en frente de Eva, y hacer sonar la lengua contra el paladar duro al saborear... ¡Perdón! Debo decir que no era en un cuerpo humano que estaba el dragón, sino en un animal llamado serpiente, pero de todas formas la serpiente pudo haber comido para mostrarle a Eva que era una superstición la prohibición.

El pecado, la iniquidad, es un anzuelo que el hombre muerde y sigue viviendo normalmente, pero no sabe que ya está preso. La prohibición de Dios a la depravación es una superstición. Así de seguro piensan en Brasil; así se pensaba en Sodoma y New Orleans. Lo triste del caso es que ahí está mamón diciéndole a la gente:
"No prestes atención a esos fanáticos religiosos y continúa tu depravación, porque si no, te mato de hambre. Esto no ha sido ninguna ira de ningún Dios. Yo mamón, yo si te mato de hambre si no pecas." 
No importa que se prolonguen los días del pecador inicuo, no es dichoso su fin. ¡Hombre, no te dejes engañar porque la relación entre tu pecado y tu desgracia sea invisible! ¡Cree! La relación, la correlación es real, sí existe.

El dragón inventó una palabrita con la que va eliminando la sensibilidad al ser humano al temor a Dios. La palabrita es: "TABÚ". Dios prohíbe al hombre hablar de ciertos temas porque el solo hecho de tratarlos es un estímulo a ejecutarlos y aquí seré específico. El tema del sexo es prohibido a menos que sea tratado profesionalmente. ¿Quién habla profesionalmente y quién no, sobre sexo? Aquel que al hablar de sexo no te estimula sexualmente y te da información importante, este es profesional. Aquel que te induce a imaginar el acto sexual, te hace pecar sin tener ni siquiera contacto físico. Y como siempre, detrás de eso también está mamón.

¡No olvides estas tres palabras con las que el diablo se lleva al abismo a un número descomunal de almas:
  1. MITO
  2. SUPERSTICIÓN
  3. TABÚ
Por supuesto que hay mitos, supersticiones y tabúes, pero ni Jehová, ni todo lo que tiene que ver con Él caen en ninguna de esas categorías, porque Dios es real.

Texto Ornamental:
"Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que Yo no la destruyese; y no lo hallé. (Ezeq. 22:30).

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